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¿POR QUÉ SUCEDE?

PATRIARCADO COMO VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

Por Karina Ariza

Según Lerner (2017), la creación del patriarcado se basa en designar un tipo de organización social en el que la autoridad la ejerce el varón que dice ser jefe de la familia, dueño del patrimonio. También, este autor resaltó que este factor afecta a las mujeres por el hecho de que el hombre afirma ser superior físicamente o de comportamiento. Si nos preguntamos por qué aún existe el patriarcado, se debe a que las mujeres tienen miedo a ser maltratadas y que la sociedad sienta lastima por ellas. En este texto, se explicará cómo el patriarcado promueve la violencia contra la mujer.

En primer lugar, el patriarcado se manifiesta principalmente de dos maneras. Primero, el machismo se define como la actitud prepotente que tiene el hombre sobre la mujer. Según Darwis (2015), el machismo se originó desde los primeros hombres cuando se decía ellos cazan y ellas recolectan. Además, este autor describió que incluso se puede originar por la potencia muscular, la propensión a la violencia o los genes. En consecuencia, Darwis dijó que el machismo seguirá oprimiendo a las mujeres a quedarse calladas. Segundo, el sexismo se refiere a las actitudes que promueve el trato diferente de las personas en razón a su sexo biológico. Según Glick y Fiske (2016), el sexismo hostil sirve para justificar el poder masculino y el trato a la mujer como objeto sexual, y el sexismo benévolo se refiere a justificar de manera más amable la dominación del hombre hacía la mujer. Entonces, machismo y sexismo fundamentan la ideología en contra de la mujer y son una de las que más afecta a la agredida.

En segundo lugar, un aspecto que afecta a la violencia contra la mujer es la dependencia económica. Esta corresponde a toda acción que afecte toda acción del agresor afecta a la supervivencia económica de la mujer, la cual se manifiesta a través de actos encaminados a limitar sus gastos para el hogar, etc. (Córdova, 2015) Por un lado, la violencia económica de la legislación peruana tiene como idea principal que el agresor ocasiona daños a la víctima, que reducir los recursos económicos de la agredida conlleva a que la víctima se impida dejar a su pareja por el hecho de no saber como vivir sin el dinero de sus agresores. Por otra parte, una de las principales consecuencias de la violencia económica es la baja autoestima de la víctima. Puesto que al no dejar a su pareja son proclives a ser violentadas físicamente o psicológicamente y las secuelas de estas serían tener miedo, no denunciar, defender a sus agresores, etc. La dependencia económica, según la ley Nº 30364, tiene como supuestos a dos principales de ellas. Primero, la limitación de los recursos económicos a satisfacer las necesidades para vivir una vida digna. Segundo, la limitación o control de sus ingresos, así como la percepción de un salario menor por igual tarea, dentro de un mismo lugar de trabajo.

En síntesis, el patriarcado es un factor que puede generar violencia contra la mujer y se manifiesta de diversos modos, por ejemplo, el machismo, genera estereotipos y el sexismo, dependencia económica de la agredida. Se propone que luchar en conjunto hará que hombres y mujeres sean completamente iguales, y hasta que la sociedad no acepte que este problema es de todos y todas no habrá ningún cambio. Un ejemplo es el caso de Pilar Gomez-Acebo. Está mujer tuvo la experiencia de no ser aceptada en trabajo. Ese hecho conllevó a que se fundadora la Federación de Empresarias FEDEPE a que ella sea la presidenta. Ella venció el patriarcado a su manera proponiendo que la situación de las mujeres a la de los hombres laboralmente es trabajar en el autoestima y solidaridad.

El vídeo realizado por "Círculo de Bellas Artes" nos habla acerca de la forma en que afecta el patriarcado. Además, de como latinoamerica aumento el número de víctimas  

Esta imagen representa tristeza por parte de un menor que cuando crezca verá la verdadera realidad. De lo mal que estamos como sociedad. 

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Por Maricielo Gutierrez

El preocupante panorama de nuevos casos de feminicidio evidencia el estado de indefensión de las mujeres frente a la violencia machista (Arana, 2018) Por ejemplo, el emblemático caso de Arlette Contreras, quien fue agredida brutalmente por Adriano Pozo en el 2015, refleja la vulneración del derecho al acceso de la justicia, ya que fue expuesta a la revictimización. Por ello, en las siguientes líneas, explicaré cómo la gestión del Estado para enfrentar la violencia constituye un factor de riesgo que influye en la ejecución de la justicia.

Existen medidas insuficientes que ralentizan el enfrentamiento de la violencia contra la mujer. Por un lado, la ausencia de servicios o que estos no tengan gran cobertura de alcance componen un aspecto que acentúa la problemática. De acuerdo con el informe estadístico del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP, 2016), se cubrió al 100% los Centros Emergencia Mujer (CEM) a todas las provincias. Pese a esta implementación, los reportes de situaciones de violencia solo evidencian el aumento de la cantidad de agredidas. De este modo, un estudio realizado por la abogada Cynthia Silvia (2016) concluye que resulta un desafío en el Perú garantizar el acceso a los órganos de justicia a las víctimas de violencia; además, revela que el Dr. César Martin, ex presidente del Poder Judicial, reconoció que el 90% de los casos reportados terminaron por absolución, lo cual confirma la predominancia de la impunidad. En consecuencia, se genera la desconfianza en los sistemas de justicia.  Un informe de la Defensoría del Pueblo (2016) declaró que, “el 92% de las entrevistadas señalaron que no se les brindó medidas de protección y el 36% recibió comentarios descalificadores por parte del personal policial”. Para la socióloga Liz Meléndez (2017), la impunidad es un “vergonzoso mal” que ocasiona la incredulidad en la justicia y el abandono a los procesos judiciales en la que ellas terminan siendo juzgadas.

Del mismo modo, otro agente relevante del tema es la presencia de limitaciones para mejorar la atención a las víctimas de violencia. En primer lugar, la falta de capacitación al personal de salud, policial o judicial, crea una deficiente calidad de respuesta frente a estos casos. La carencia de apoyo institucional no permite la especialización en esta materia. Según el Reporte de Adjuntía 002-2018, un 52% de mujeres consideran que las dependencias policiales no cuentan con un ambiente adecuado para presentar la denuncia y, recomienda al Ministerio de Economía dotar un presupuesto adecuado para ampliar y mejorar la calidad de atención. En segundo lugar, el desconocimiento de sus derechos fundamentales es una característica común de las víctimas. Un 75% de las usuarias indicó no conocer el contenido de la Ley N° 30364 (Informe de Adjuntía N°063) Esto se debe a la aparición de inconvenientes en la difusión de información sobre sus derechos y los procedimientos existentes para la sanción de los hechos de agresión, asimismo, a la inestable coordinación con otras entidades públicas encargadas de atender estos incidentes. A raíz de esto, surge una cultura de insolidaridad social que naturaliza la violencia debido a la minimización del problema. Al respecto, Mendieta (2018) precisó que ante un hecho de agresión el silencio se convierte en cómplice de estos abusos.

En síntesis, las medidas preventivas que protegen a las mujeres víctimas de violencia presentan dificultades para su efectiva aplicación. Es necesario que las instituciones responsables se comprometan en participar y promover las distintas plataformas informativas a fin de evitar su naturalización e indiferencia social. Por ejemplo, el Plan Nacional Contra la Violencia de Género, le ha permitido al MIMP desarrollar diferentes campañas comunicacionales, las principales fueron: “Quiere sin violencia, marca la diferencia”, “Toxímetro. El primer paso es darse cuenta”, “#Indiferencia también es violencia” (MIMP y entidades del Sistema Nacional). Estas tuvieron como resultado un cambio de actitud en la comunidad e impulsó a que otras autoridades se sumarán a esta iniciativa.

RESPUESTAS LENTAS E INEFICIENTES DE LAS FUERZAS POLICIALES Y DE LA JUSTICIA QUE AGRAVA LOS CONFLICTOS DE VIOLENCIA HACIA LA MUJER

El vídeo hecho por CM& revela la denuncia de una mujer víctima de violencia que resultó perjudicada debido a la demora de los jueces que hicieron que el caso termine en la impunidad.

CÓMO EL SISTEMA EDUCATIVO CON DESIGUALDAD DE GÉNERO FOMENTA LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

Por Jazmyn Yaranga

Según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP, 2017), las brechas de género en la educación se refieren a las desigualdades que existen entre hombres y mujeres al momento de ejercer su derecho, lo cual genera que la mujer adquiera menos oportunidades. En este texto, se explicará cómo la ausencia de igualdad de género en la educación agrava la violencia contra la mujer.   

En la actualidad, se aprecia un gran abandono de la escuela por parte de las mujeres como consecuencia de la desigualdad de género. Por un lado, esto se produce por discriminación y situaciones de violencia sexual. Los tipos de violencia en las escuelas incluyen amenazas explícitas o actos de violencia física, bullying, acoso verbal o sexual, tocamientos indebidos, coerción y violación. Asimismo, otros actos de violencia en las escuelas surgen de prácticas escolares que refuerzan la desigualdad de género y promueven entornos agresivos (UNESCO, 2015). Al respecto, José Koo Ambrosio, especialista en Educación y Orientación al Educando, quien fue entrevistado por RPP, informó que en el año 2017 se reportaron dos casos en Huancayo, seis en Chupaca, uno en Yauli y tres en Jauja. También, mencionó que estos son cometidos por docentes que, pese a las denuncias, siguen trabajando en los colegios. Por otro lado, el embarazo precoz ocasiona que las mujeres abandonen la escuela. Según INEI, en el año 2016, el 12,7 % de adolescentes entre 15 y 19 años estaban embarazadas, en el área rural, 22,7 % y en el área urbana, un 9,8 %. Por ejemplo, durante el período 2016 y 2017, en Amazonas, aumentó de 20% a 24%; Cajamarca, de 17% a 19%; Ayacucho, de 15 a 17%; Lima Metropolitana, de 7% a 10%; Moquegua, de 7 a 9%, entre otros (Correo, 2018).  

Del mismo modo, la transmisión de prejuicios machistas en las escuelas promueve la violencia contra la mujer. Por una parte, existen antecedentes machistas en las escuelas. El machismo es una forma de discriminación, un conjunto de actitudes y creencias que hace que el hombre se sienta superior y menosprecie a la mujer (Pérez, 2016). Así pues, en el siglo XVIII, las bases del sistema educativo se comenzaron a construir en Europa y se prohibió que las niñas estudien. Posteriormente, en el siglo XX, conocido como el siglo de las mujeres, se estableció la escolarización obligatoria hasta los 12 años. Luego, a mediados del siglo XX, los niños aprendían de la ideología fascista, el machismo y la agresividad. Más adelante, la Ley General de Educación de 1970, desarrolla la escuela mixta. (Pérez, 2016). Por otra parte, la diferencia de deberes en las escuelas agudiza el problema. Para comprobar esto, Pérez realizó una encuesta al alumnado de un colegio del norte de Tenerife, Canarias, donde las niñas opinaron que los niños son mejores en el deporte, agresivos, fuertes y la respuesta de ellos fue que las niñas son buenas en los deportes, listas y amables. No obstante, en algunos colegios, suele haber discriminación en el deporte. Según un estudio realizado en Perú, esto se origina, porque desde la infancia nos hacen ver que el fútbol es para los niños y la gimnasia para las niñas, pero podemos ser buenos en los dos sin importar el género. Además, esto genera que las mujeres deportistas tengan menos oportunidades de desarrollarse que los hombres. (La nueve, 2017).  

En síntesis, el abandono de la escuela y la transmisión de prejuicios machistas que son consecuencias de la ausencia de igualdad de género en la educación fomentan la violencia contra la mujer. Se propone un enfoque de igualdad de género, con el cual se promueva los valores como el respeto, empatía, dignidad y justicia, ya que es indispensable para combatir estereotipos y erradicar la violencia contra la mujer. Por eso, el Ministerio de Educación del Perú (Minedu, 2019) realizará campañas en todo el país para informar a los padres de familia en qué consiste el enfoque de género del currículo escolar, ya que busca difundir la igualdad de derechos en los estudiantes.

El vídeo recogido de ActitudFem nos revela  que los niños aceptan jugar con las niñas. Al momento de recibir el premio, los niños obtienen más dulces que ellas. Las niñas preguntan a qué se debe que ellos reciban más dulces si ambos trabajaron de la misma manera. Al ver esta injusticia, los niños deciden compartir sus dulces, ya que consideran que no debe existir desigualdad de género.

En el vídeo se puede apreciar algunos actores opinando acerca de porqué se necesita un enfoque de igualdad de género en la educación.

Fuente: Ministerio de Educación del Perú

TRASTORNO PSICOLÓGICO DEL AGRESOR

Por Noemí Mezarina

Según Amelia Villanueva (2016), la crisis de la formación psicológica del agresor se define como la carencia de educación en el entorno familiar desde la formación en la infancia. Además, el desarrollo de la formación psicológica es elemental en el crecimiento de la persona. En este texto, se explicará cuáles son los principales aspectos del trastorno psicológico del agresor.

Las personas víctimas de violencia familiar en la infancia son relacionadas con tipos de padres autoritarios e imponentes. Por un lado, las personas que tienen este tipo de padres están expuestas a sufrir daños físicos y psicológicos que afectan a largo plazo al momento de que estas personas violentadas formen una familia. Cabe recalcar que las víctimas sufren daños en su desarrollo psicológico y en la forma en la cual se educan. La persona víctima de violencia piensa que el trato recibido por sus padres es normal, y siguen ese ejemplo en la formación de su propia familia. Por otro lado,  las personas víctimas de violencia familiar  adoptan un repertorio conductual de rebeldía y violencia, ya que como personas les afecta emocionalmente el trato que reciben por parte de sus padres. Por ende, crean un rasgo de personalidad obsesivo y compulsivo, ya que fueron formados violentamente desde la infancia y de ese modo  adoptan un conjunto de inseguridades, confusiones, frustraciones que posteriormente se transformará en gritos, insultos y golpes. (Norman Oliden, 2017; Velázquez Olguín 2017).

Asimismo, se sabe que la gran mayoría de agresores son dependientes del uso del alcohol, porque creció  parte de una familia alcohólica, por ende, ellos adoptan esta imagen como ejemplo y como una acción buena y correcta. Por una parte, ser parte de una familia alcohólica tiene una repercusión en el crecimiento de la persona, ya que hay muchas probabilidades de que se vuelva dependiente  del alcohol. Incluso, adoptan una crianza trastocada en la que prevalece la violencia por parte de los padres y el autoritarismo de poder embriagarse en su hogar sin tener en cuenta el ejemplo que está dando a su familia. Por otra parte, ser dependiente del alcohol crea una adicción que trae como consecuencia violencia y trastorno de personalidad. Así también, la persona pierde capacidad de controlar sus emociones y poder comportarse de una forma adecuada. Además, existe una falta de preocupación por las consecuencias de sus actos, ya que al estar embriagado se pierde la noción y el reconocimiento. En consecuencia, se produce una alteración del organismo, se pierde el autocontrol de sus actos y prevalece la impulsividad (Castro, 2015; Rivera, 2015; Guzmán, 2017).

En síntesis, las personas víctimas de violencia familiar en la infancia y el uso excesivo del alcohol son los principales causantes  del trastorno psicológico del agresor. Es necesario poner en práctica terapias familiares obligatorias y de integración para el desarrollo psicológico desde la infancia. También, se requiere una supervisión rigurosa por parte del Estado de un ambiente grato para la familia (ONU, 2016).

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Una madre de familia denunció que fue atacada con un cuchillo de cocina por su esposo. La víctima contó que está separada de Carlos David Risco Armanza, pero este llegó a la casa para visitar a sus tres hijos. En plena discusión, el sujeto le cortó el cuello con un cuchillo de cocina frente a los menores.

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Un agente de serenasgo fue captado cuando agredía a su pareja. En las imágenes se observa que Galbán, con el torso desnudo y en aparente estado de ebriedad, jalonea a la mujer y le exige regresar a su vivienda. Sin embargo, la afectada -no identificada- se negó a la petición. Pese al maltrato, la víctima no denunció el hecho ante la Policía Nacional. 

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Un hombre golpeó y lanzó al suelo a una mujer durante una discusión en un inmueble. En las imágenes se observa cuando León Velarde empuja a la víctima, la agarra del cuello, la golpea en el rostro y la arroja al suelo en medio de insultos de ambos lados.

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